

Generalmente se utiliza mitad de malta de cebada y mitad de malta de trigo para elaborar el mosto. A diferencia de la Berliner, tiene un sabor salado debido a el agua usada en su elaboración, aunque también se puede agregar sal para lograr este efecto. Adicionalmente se agregan semillas de cilantro (coriandro) y pequeñas cantidades de lúpulo
La Gose posee un único sabor con un grado de acidez y suavidad en boca.
Originalmente se elaboraba por fermentación espontánea (al igual que Lambic y Berliner Weisse), hasta alrededor de 1880, cuando los cerveceros comenzaron a utilizar levaduras ale y bacterias lácticas (Lactobacillus).

Su elaboración se estableció durante el siglo XVI en la entonces prospera ciudad minera de Goslar, en la región centro-norte de Alemania (la actual Baja Sajonia), que había construido su riqueza a partir de la extracción de plata.
La leyenda cuenta que un caballero llamado Ramm paseaba por el lugar cuando su caballo pateó el suelo y dejó al descubierto ricos rastros de plata que luego habrían propiciado los primeros asentamientos mineros.
El río Gose, que cruza la ciudad desde el suroeste, que da nombre a la cerveza y que servía de suministro de agua para su elaboración, habría tomado el nombre de la esposa de Ramm, Gosa.
Fue durante la Edad Media, a medida que la industria minera decaía y en la búsqueda de mejores mercados, que la elaboración del estilo Gose fue migrando hacia las ciudades cercanas, particularmente a Leipzig, al este de Alemania, cuya primera licencia de elaboración data de 1738 y lugar al que se le asocia actualmente.
Hacia fines del siglo XIX, casi toda la producción de Gose ya estaba circunscrita a 80 cervecerías en un radio de 150 kilometros alrededor de Lepizig y era la cerveza más popular entre sus habitantes, tanto así, que la Gose tradicional hoy en día es llamada “Leipziger Gose”.








